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Mar Aguiló: “Para mí era muy importante, como codirectora y coreógrafa, darle a la danza la misma importancia que al resto de disciplinas”

En 2007 ingresa en la CND2, bajo la dirección artística de Tony Fabre (incluida en la Compañía Nacional de Danza dirigida por Nacho Duato).

En septiembre de 2010 se incorpora a la Compañía Nacional de Danza. Desde su incorporación a la CND ha interpretado roles principales en obras como Cor Perdut y Arcangelo de Nacho Duato o Artifact de William Forsythe y ha trabajado con coreógrafos como Mats Ek, Ohad Naharin, Alexander Ekman, Marcos Morau, Johan Inger, Iván Perez entre otros, tanto en creaciones como en repertorio. En estos últimos años ha empezado a desarrollar esta faceta como coreógrafa, para la propia Compañía Nacional de Danza, en piezas como For Now in Liquid Days. Jóvenes creadores CND, estreno absoluto en el Museo Guggenheim de Bilbao, Francine, un solo como parte de la pieza Home, Hotel Room una pieza para el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y Afterlove para el Día Internacional de la Música.

También ha colaborado como movement director, coreógrafa y bailarina con artistas de diferentes disciplinas como James Mounfourt, Cortana, Mana o la compañía de danza Korsia.

Además de seguir formando parte de la CND, es directora creativa de ELAMOR, creando y colaborando en varios proyectos interdisciplinares, entre los cuales destacan: Prólogo-Botánico, Equilibrio. Prado, un proyecto audiovisual para el Museo Nacional Del Prado con bailarines de la CND o E gira tutto intorno alla stanza, una colaboración con el artista Bernat Daviu para el CaixaForum de Madrid.

 

¿Cómo le encargan la coreografía de la próxima edición de los Premios Max y cómo recibe la noticia?

En realidad, me llamó la consejera de cultura para proponerme. Yo llevo mucho tiempo fuera de las islas. He hecho mi carrera fuera de ellas, como muchos otros compañeros. Al ser una isla tienes que irte fuera. Empecé con Maurice Béjart, y posteriormente entré en la Compañía Nacional de Danza con Nacho Duato. Aquí llevo catorce años. Todavía estoy en activo.

Literalmente llevo como unos 16 años fuera de las islas, trabajando fuera, y muy en activo, porque además de ser bailarina también he empezado a ser coreógrafa, tanto dentro de la compañía como fuera de ella en proyectos personales. Justo ahora es un momento en el que estoy envuelta en este camino de la coreografía. Yo creo que me llamaron a raíz de estos proyectos que han tenido un poco de eco en Mallorca. Imagino que habrá sido la idea de apoyar a una persona que está haciendo su carrera y que lleva unos cuantos años, y con una inquietud de volver a mi tierra de alguna manera. Esto supone, también, ser un poquito más independiente de la compañía, y trabajar un poco más con artistas de las islas, y poder mostrar mi trabajo. Ha conectado muy bien este momento.

Cuando me lo dijeron me quedé un poco sorprendida, porque no me lo esperaba, ni mucho menos. Además, me propuso no tanto como coreógrafa, sino como codirectora de la Gala. Tuvo la gran idea de crear este gran equipo junto a Pere-Peyró, dramaturgo, director de escena, de otra generación. Ambos estamos en momentos diferentes de la vida. Yo, con 34 años, estoy en ese momento creativo de formar una personalidad propia. Un lenguaje propio coreográfico. Pero la combinación es perfecta, porque, venimos de mundos diferentes, nuestro punto de partida de creación es muy diferente. Yo siempre tengo esa tendencia hacia lo trágico, hacia lo oscuro. Él hacia algo más cómico, hacia el humor, hacia la luz. Pero eso nos une para bien. Para nosotros el mediterráneo es todo esto. Nos une la cultura mediterránea mediante estas raíces donde estamos bien enraizados los dos, valga la redundancia. Nos une nuestra manera de sentir, aunque sean sentimientos diferentes.

La Gala debe ser bastante completa, y que pongamos cada uno nuestras personalidades y nuestra forma de ver la creación y las artes escénicas desde diferentes perspectivas.  

 

Aunque comenta que tira más hacia la oscuridad, el lema de la Gala es todo lo contrario. La luz del mediterráneo, del mar…

Más que la luminosidad del mar, que, por supuesto, el mar es el eje central de la Gala, porque es el lema, queremos mostrar de dónde vienes, a dónde vas, lo que crea, porque el mar lo crea todo. En esa idea del todo, igual que la luz tenemos la oscuridad. La Gala está pensada como una jornada. Desde que amanece hasta que el sol se va. Hasta que hay un atardecer. Cuando digo que es algo oscuro no pienso en algo “dark”, sino que en el momento en el que yo estoy buscando un lenguaje propio tengo que conectar con mis emociones más honestas, más sinceras. Es como cuando vas al psicoanalista. Cuando empiezas a conocerte a ti mismo. Piensa que llevo catorce años en una compañía de repertorio donde siempre he hecho lo que me han dicho los demás. Desde hace cuatro o cinco años estoy en esa investigación profunda, buscando ese lenguaje propio de donde me agarro un poco. Son traumas, son emociones…

El mediterráneo aparte de ser algo luminoso, ya de por sí algo agradable, no tiene grandes tormentas, pero sí que tiene algo de la cultura popular trágica, sobre la muerte, sobre la melancolía. El mar también tiene algo melancólico. Mirar un mar también puede ser muy melancólico. Esa visión de las Baleares con turistas es lejana a la mía. Cada uno aporta y encuentra su espacio para poder expresarse y ahí estamos, generando ese espacio.

 

¿Qué va a aportar usted a la Gala? ¿Contará con un cuerpo de baile?

En principio nosotros dos partíamos de lugares muy diferentes. Nos hemos dividido, de alguna manera, muy bien. Yo he podido aportar una visión un poco más estética. Pere aporta la dramaturgia. En lo artístico cada uno ha ido encontrando su espacio según lo que iba pidiendo la Gala.

En mi caso, al estar en activo en la Compañía Nacional de Danza, donde no paramos y tenemos una actividad continua, además de estar fuera de la órbita dancística en las Islas Baleares, me parecía complicado aceptar este reto, pero tuve muy claro desde el principio que quería compartir esta experiencia con bailarines que estuvieran en la misma situación que yo. Gente que se ha tenido que ir de Mallorca para poderse desarrollar como bailarines y coreógrafos. Pero ha habido algunas imposibilidades logísticas. Si yo no hubiera estado en activo me hubiera ido a Mallorca a hacer audiciones, a reencontrarme con gente de allí. Pero ha sido imposible.

En mi cabeza, lo que he generado, y mi intención, ha sido rescatar a bailarines que están empezando, que se han ido de Mallorca para poder crearse una carrera como la que estoy creando yo. Ayudarles, abrazarles, trabajar juntos, y dar una voltereta mortal. La mayoría de ellos trabajan en Barcelona. Pero nos hemos encontrado como hemos podido.

En cuanto al trabajo he partido de una pieza que yo ya tenía creada. La he reestructurado. Mi objetivo es, desde la danza, hablar un poco de lo que se está haciendo ahora. De algo más actual. Nacho Duato ha hecho piezas con María del Mar Bonet sobre el mediterráneo, pero ese tipo de cosas no me interesaban. Pero no es que no me interesaran, ya que están dentro de mí, pero tenemos la oportunidad de mostrar desde las Baleares una danza más actual, que tiene que ver mucho con lo clásico, pero también tiene que ver con lo moderno, con lo contemporáneo, con lo que me siento más identificada. Y a la vez, me interesaba fusionar a la Compañía Nacional de Danza y al Ballet Nacional, primeros bailarines estupendos, con la idea de abrazar, también, a estos bailarines que son más noveles, y darle una internacionalidad. En definitiva, ver bailarines de las islas, con bailarines de la Compañía, e incluso del Ballet Nacional.

Todo esto estará envuelto con una escenografía que habrá durante toda la gala. No va a estar tan separada la danza del resto de elementos. Lo que nunca he querido es que la danza estuviera como acompañamiento de algunas actuaciones, y que a veces caemos un poco en eso. Para mí era muy importante, como codirectora y coreógrafa, darle a la danza la misma importancia que al resto de disciplinas. Hay actuaciones musicales, un monólogo, un guion teatral, dos actuaciones de danza importantes, y pequeñas colaboraciones. Hay que darle su importancia a cada disciplina, y que una disciplina no haga sombra a otra.

 

¿Cuál será la plasticidad de la Gala? Vestuario, escenografía, iluminación…

Está todo inspirado en el mar, en el mediterráneo. La idea es que sea algo divertido. La escenografía dará un toque de dinamismo a los momentos de entrega de premios. No será una cosa estática, que no se mueve. El propio mar será algo que se mueva.

De cara al vestuario y la iluminación decir que se ha contado con una diseñadora mallorquina que abarcará desde lo clásico a lo contemporáneo. De lo antiguo a lo moderno. Pero la base es el mediterráneo. Serán nuestros colores, nuestros tejidos, pero dándole un puntito actual. Se intentará hacer algo un poquito ligero, muy de acuerdo con el guion, pero sin caer en estereotipos. Estamos buscando algo fresco.

 

¿A qué huele el mar mediterráneo y qué color tiene?

Para mí huele… puff, a tantas cosas. Me huele a sal, como cuando se queda la sal en el cuerpo. Me huele a naranjos, aunque no abunden mucho. Y el color sería el dorado.

 

MarAguiloYa de por sí es difícil la carrera de un bailarín. Muy sacrificada. Con un nivel de trabajo y exigencia superlativo. Lamentablemente, los bailarines españoles se tienen que marchar al extranjero para poder trabajar y triunfar. Y si encima eres de una isla, la cosa se complica aún más. ¿Cómo recuerda usted esos inicios?

Yo empecé a los tres años. Pero es verdad que la gente de las islas nos tenemos que ir fuera. Yo no he sido consciente hasta que a los quince años o así me fui a Madrid a unas clases magistrales que hacían en el conservatorio, y ver de qué iba esto. Es necesario salir de la isla desde muy pequeño. Hay muy buenos maestros en las islas. Yo estuve hasta los dieciocho años. Pero no hay infraestructuras para que una vez que has desarrollado tu carrera como bailarina te permita desarrollarte aún más. No hay compañías estables donde uno pueda formar una carrera. Pero hay muchísimos bailarines en las islas, y cada vez hay más. Eso me ha sorprendido mucho ahora. Cuando yo me fui de las islas éramos muy pocos los que nos marchábamos. Pero cuando he sobrevolado para tantear el terreno he visto que son muchos los que se marchan. Por eso me apetecía abrazar a los mallorquines, a los baleares, a los isleños. Los que están fuera, los que están empezando. Los que ya tienen una carrera ha sido difícil. Para mí ha sido muy importante ver que hay muchos bailarines en Mallorca y que están haciendo una carrera fuera, y son muy creativos. Pueden aportar mucho a esta gala, y al mismo tiempo les puede dar un pequeño empujón.

Es bueno ver desde fuera que la gente de las islas tenemos esa apertura que nos hace abrirnos a todo lo de fuera, que no nos quedamos sólo en la isla y nos regodeamos entre nosotros. Hay otra amplitud. Afortunadamente ya no es tan difícil viajar. Las cosas van cambiando. Y a partir de esto seguro que conectamos más con la escena Balear, y haremos más cosas juntos. Hay mucha gente valiosa y hay que darla a conocer. Los teatros también son una maravilla, tanto el de Maó como el Principal de Mallorca. Va cambiando, y aunque sea difícil, se va haciendo camino.

 

¿Qué espera de esta celebración de las Artes Escénicas?

De cara a la escena Balear es algo muy positivo. Aunque no podamos dar visibilidad a todo el mundo, porque hay mucha gente haciendo cosas, la idea es que demos una imagen de lo rica que es la cultura Balear, y todo lo que inspira a los artistas baleares. Es un lugar tan especial, tan rico, que espero que demos una imagen fuera del turismo, pero sí de la tradición y cultura mediterránea que nos acerca a la Grecia antigua. Poder mostrar todas las caras que nos destacan.

 

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