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El Día Internacional de la Danza 2022 vuelve a la calle para llenar de movimiento los barrios de Barcelona

Los coreógrafos Silvia Batet, Toni Mira y Miquel Barcelona están trabajando con los activos de danza de Sant Andreu, Horta-Guinardó y Sants respectivamente para organizar tres acciones simultáneas el día 29 de abril
Pronto confirmarán el lugar y hora de cada una de las acciones para que los amantes de la danza les puedan acompañar

Silvia Batet ensaya actualmente con diversas entidades y escuelas del barrio de Sant Andreu preparando un recorrido coreográfico que se inspira en su premiada pieza Oblivion. Paralelamente, el ganador del Premio Nacional de Danza 2010 Toni Mira trabaja con varios centros de creación y escuelas de danza del distrito de Horta-Guinardó para culminar en una acción en un lugar nada convencional; mientras que el bailarín y coreógrafo Miquel Barcelona prepara una acción itinerante por varios lugares del barrio de Sants vinculados con la danza y la cultura industrial y reivindicativa del barrio.

El pasado viernes 1 de abril la APdC hizo público el manifiesto del DID’22, que este año firman Toni Jodar y Beatriu Daniel, creadores de Explica Dansa, proyecto especializado en la formación y creación de públicos que ofrece claves para hacer más accesible el conocimiento de los lenguajes contemporáneos.

 

Viva la danza y que vuelva Tuanaki

Toda mi vida he bailado, he sido un bailarín desde pequeño y lo seré hasta que me muera. Mi madre, que también bailaba allí donde estuviera en nuestra pequeñísima casa del Barrio Gótico, me explicaba que de pequeño me encantaba trepar por los árboles, como un mono. Me pregunto si no era ya una forma de bailar; de hecho, es lo que hacía Trisha Brown en sus Equipment Pieces , que subía por los árboles y decía que era danza!

El oficio de bailarín ha sido mi vida. Es una forma de vivir que no te abandona ni un segundo. Porque la danza está hecha de muchas capas -experiencias, teorías, técnicas, personajes, historias, heridas, cuidados…- y, con los años, no paras de descubrir otras nuevas. Las formas de bailar son infinitas y cualquier lugar es un buen lugar para bailar. Para quienes aún no lo tenían claro, la pandemia acabó de demostrarlo: encerrados en casa, la danza daba sentido a aquel rincón oscuro del pasillo, en la sala de estar, en la cocina, en el balcón o en el dormitorio de sábanas estrujados donde bailábamos y, de repente, se convertía en un teatro de aforo galáctico.

La danza también nos permite penetrar en espacios interiores (los de nuestra imaginación, esos que no conocen límites). A veces, me gusta seguir las formas cambiantes de unas nubes que no existen; otras veces, me coloco a la altura de un grupo de estorninos que vi en un paseo por las montañas del Pallars, y bailo entre ellos. El movimiento forma parte de la naturaleza, siempre cambiante, siempre danzando.

Las memorias de las experiencias vividas han quedado clavadas en mi cuerpo y en la danza a un nivel íntimo, consciente del legado que arrastramos en un cuerpo social que tiene miles de años de historia, una herencia de danzas y movimientos que hay que honrar. Cuando decidí convertirme en explicador de danza, sin dejar de ser el bailarín que soy, quería apreciar esta memoria y transmitirla al mayor número de gente posible.

Y sé que no estoy solo, en mi manía. Leí que en una isla del pacífico, en Tuanaki, sus habitantes no conocían la guerra, ¡sólo sabían bailar! Se la llevó un seísmo hace ya muchos años, pero nos queda su historia, y me gusta tanto que no voy a parar de contarla. De hecho, estoy pensando en hacer un rap, ya tengo la estrofa y el estribillo:

El baile… es instante, pertinente y fugaz.

La danza… contagia, irradia y contagia.

La danza… son nuestros cuerpos tejiendo, conectando.

La danza es un terremoto, un volcán y una aurora boreal.

La danza es vida y un gran NO EN LA GUERRA.

Viva la danza, viva Tuanaki.

Toni Jodar

 

La danza como celebración y herramienta de gratitud está vinculada a muchos profesionales, aparte de quienes bailan. Como gestora y productora de danza, quiero dar voz a este gran colectivo de gestoras, productoras, comunicadores, programadores, técnicos, fotógrafos, dramaturgos y artistas visuales que, entre todos, acompañamos a bailarines y coreógrafos para la creación de las artes en vivo.

Y no podemos olvidar que la danza también es su público, y que es necesario dar valor a la reflexión y la mirada. Porque la danza no es sólo una forma de moverse. La danza es, sobre todo, una forma de mirar.

Beatriz Daniel

 

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