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El David Geffen Hall (Nueva York) se rinde al Teatro Real y al ‘embrujo’ de Esperanza Fernández y Pablo Ferrández

Imagen de archivo de la Orquesta Titular del Teatro Real

El elenco ha estado encabezado por la propia cantaora junto con el director de orquesta Juanjo Mena. La velada ha comenzado puntual a las 20.00 horas –hora de Nueva York–. En esta ocasión, la acústica del espacio neoyorquino ha sido correcta, dejando atrás las dudas sembradas el año pasado en el Carnegie Hall.

En varias ocasiones el público ha ovacionado a Esperanza Fernández, Juanjo Mena, Pablo Ferrández y también a la Orquesta del Teatro Real. En rueda de prensa, Juanjo Mena se había referido al cambio de sala en el Geffen Hall y había destacado que la New York Philarmonic estaba sorprendida por su mejora acústica.

La gala se ha iniciado con ‘Panambi Suite’ del compositor argentino Alberto Ginastera, que combina danzas autóctonas fundidas entre medios líricos, interpretado por la Orquesta del Teatro Real, que cuenta con más de 90 miembros

Posteriormente, la atención se ha centrado en el violonchelista Pablo Ferrández que ha demostrado ser un solista difícil de repetir y uno de los grandes músicos españoles de la actualidad, como afirmaba en rueda de prensa el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch.

El español ha interpretado el ‘Concierto para violonchelo en si menor’ de Antonín Dvorak, mezclándose con la orquesta, y se ha podido comprobar el entusiasmo y esfuerzo que el español deposita en sus manos y en su instrumento. La obra ha presentado una estructura clásica que se alimenta de los ritmos y melodías de República Checa.

El plato fuerte de la noche de Nueva York ha llegado cuando la cantaora Esperanza Fernández ha salido al escenario ataviada con un traje rojo y descalza para hacer levantarse de sus asientos al público. El maestro Juanjo Mena ha dispuesto para la versión original de ‘El amor brujo’ (1915) seis violines más de la plantilla utilizada por Falla, que empleó a alrededor de 15 músicos. El protagonismo ha ido a parar en la cantaora Esperanza Fernández, que ha entonado una especie de monólogo, al realizar ella misma todos los personajes, basado en el misterio, la fuerza, el dolor y el baile, una demostración más del poderío que atesora la artista que estuvo nominada a los Latin Grammy en 2008.

La propia Esperanza Fernández reconocía horas antes que disfruta una «barbaridad» representando una historia que Falla escribió para una voz flamenca. Para finalizar la Gala, el público ha presenciado la suite ‘Daphnis et Chloé’ de Maurice Ravel, compositor contermporáneo y amigo de Falla, según Matabosch. Mena ha dirigido la obra ha consistido en una traducción a suite sinfónica de un ballet.

Por último, y ante la sorpresa del público, que ya se estaba levantado de sus butacas, Mena ha ofrecido dos bises: El bateo e intermedio de Goyescas, la última ópera de Enrique Granados.

 

 

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