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Love me Tinder: Más que una cita, una experiencia teatral sobre heridas y amores

El dramaturgo nos invita a un encuentro íntimo entre dos desconocidos, cuya conexión inicial se basa en la efímera chispa de una cita de Tinder. Sin embargo, lo que comienza como un encuentro pasional, pronto se ve enredado en una maraña de emociones reprimidas, fantasmas pasados, recuerdos dolorosos y heridas emocionales. A medida que los protagonistas se desnudan física y emocionalmente ante el público, también lo hacen sus almas revelando sus miedos, deseos y secretos más profundos.

Antes de sumergirnos en la valoración de la representación, es crucial comprender la esencia de esta propuesta teatral de La Opción Producciones, cuyo lema «Hacer sentir al espectador» resuena profundamente en cada aspecto de su trabajo. La compañía se distingue por su compromiso de involucrar a cada individuo presente en sus espectáculos, utilizando técnicas inmersivas que desde el primer instante hacen al público sentirse parte integral de la obra. Este enfoque no solo busca entretener, también generar una experiencia teatral más allá de lo convencional, abordando de manera valiente y directa temas tabúes y dando visibilidad a los colectivos minoritarios que a menudo, y todavía hoy, son marginados en nuestra sociedad.

Sobre esta base sólida, el poeta y escritor Antonio Eme teje un intrigante libreto de aparente simpleza, con un ritmo frenético donde el diálogo ágil y afilado se entrelaza con momentos de silencio cargados de significado, pero que en realidad es una exploración profunda de las relaciones humanas. La premisa sencilla de dos jóvenes conectados a través de una aplicación para una cita sin complicaciones se desvanece rápidamente con el paso de los minutos. El encuentro fortuito se convierte en una intrincada red de conexiones y revelaciones, cuidadosamente urdida por el autor para mantener el misterio y la intriga hasta el final.

Eme aborda temas espinosos y actuales con maestría, valentía y sensibilidad. Desde la masculinidad tóxica hasta la perpetuación de los roles de género, la narrativa desentraña las capas de la sociedad contemporánea donde se exploran temas como el acoso en la adolescencia, con cicatrices duraderas en el alma de quienes lo padecen, los grupos de presión o la falta de cariño en las relaciones familiares. Otra cualidad del libreto que lo hace más impactante es su capacidad para presentar estos temas desde múltiples perspectivas, cada una narrada en primera persona. Los protagonistas comparten su historia, sus motivaciones e incluso sus justificaciones, añadiendo profundidad y complejidad adicionales a la trama. Esta técnica interpela al espectador, invitándolo a cuestionar sus propias percepciones y prejuicios mientras se sumerge en las experiencias íntimas de los personajes.

Bajo la dirección magistral de Víctor Páez y Juan Barahona, la esencia del libreto cobra vida en el escenario, envuelta en una capa de profundidad que hace que cada momento sea palpable y significativo. Desde el primer instante, capturan magistralmente y de manera cómica el nerviosismo inicial característico de los encuentros fríos entre dos jóvenes, transportando al espectador a la incertidumbre y la emoción del momento. Sin embargo, lo que realmente destaca es su habilidad para, tras romper el hielo, dar paso gradualmente a una conexión más profunda que, aunque más emocional que física, es igualmente intensa. Es en estos momentos de conexión emocional donde la dirección de Páez y Barahona brilla con mayor intensidad, llevando al público a un viaje de descubrimiento y vulnerabilidad.

Por otro lado, las escenas de tensión dramática no solo son impactantes, sino que también ofrecen un fascinante contraste con la esencia cómica del libreto. A través de monólogos intensos, Sara Herranz y Sergio Colón se sumergen en las profundidades de sus roles, demostrando una versatilidad actoral extraordinaria al navegar entre la comedia y el drama con solvencia. Colón personifica al joven y apuesto protagonista, quien aparenta una dejadez y despreocupación superficial, pero tras esa coraza se ocultan traumas no resueltos.

Por su parte, Herranz da vida a una joven decidida y segura de sí misma, aunque tal vez esta actitud sea solo un blindaje para ocultar un deseo de justicia y una inseguridad que la atormentan. Desde la vulnerabilidad hasta la intensidad emocional, ambos intérpretes capturan cada matiz, envuelven al público en un vendaval de emociones y nos muestran la fragilidad humana y la lucha constante entre el deseo de conexión y el miedo al dolor. Estos momentos de tensión, además, actúan como catalizadores para el crecimiento y la transformación, llevando a los protagonistas a enfrentar sus propios demonios internos y desafiando las expectativas de los presentes. Así, a través de estas explosiones emocionales, los personajes encuentran la redención y el perdón, dando lugar a una experiencia teatral profundamente conmovedora y reflexiva.

 

En el universo digital de las citas, Love me Tinder demuestra, con un libreto profundo, una dirección coherente y actuaciones excepcionales, que detrás de cada pantalla hay historias reales que merecen ser contadas y sentidas

 

Libreto: Antonio Eme

Dirección: Víctor Páez y Juan Barahona

Reparto: Sara Herranz y Sergio Colón

Producción: La Opción Producciones

 

 

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