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Año VIINúmero 349
23 ABRIL 2024

Los Teatros del Canal presentan Macho Man, de Álex Rigola, sobre violencia machista

Los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid presentan el estreno en Madrid de Macho Man de Álex Rigola / HeartBreak Hotel. Este proyecto de teatro documento, coproducción de los Teatros del Canal, estará en la Sala Negra del 19 de febrero al 17 de marzo.

La instalación contiene testimonios reales de violencia machista

Después de las estupendas Who is me. Pasolini y Vania, la compañía de Àlex Rigola, Heartbreak Hotel, da un paso más en su búsqueda de nuevas formas de narración escénica y se acerca mucho más claramente a su objetivo de confrontar al público con los valores de nuestra sociedad contemporánea. Macho Man nace como un proyecto de teatro documento, sin actores, a modo de instalación que propone al espectador un viaje escénico, experimental e interactivo con el propósito de dar visibilidad a la violencia machista y ayudar a empatizar con todas sus víctimas potenciales.

Normalmente la masculinidad se piensa desde los márgenes: ya sea desde la voz de una mujer, los estudios poscoloniales, de género o la filosofía queer. No es tan frecuente encontrar un ejercicio de autorreflexión por parte de un hombre blanco heterosexual. Macho Man, el último proyecto de Àlex Rigola, habla sin ambages de crímenes machistas. Y lo hace a través de un espectáculo-instalación que invita al público a pensar las condiciones de producción de esta violencia estructural.

En Macho Man se recurre a un dispositivo que opera como una propuesta expositiva. Pero aquí el cubo blanco está atravesado por la dramaturgia y por los tiempos teatrales: el público va pasando en grupos de seis personas de una sala a otra con intervalos de ocho minutos y en cada una de esas salas se le confrontará con distintos aspectos de la violencia de género.

Rigola tenía claro que debía investigar y denunciar lo que está pasando. Él se declara machista en tanto que está inmerso en un sistema que lo ha educado así. Y está dispuesto a decirlo en voz alta y a repensar, entre otras cosas, una determinada masculinidad que se despliega en todos los ámbitos: los espacios públicos, las conversaciones de whatsapp, las redes sociales, las relaciones afectivas. Consciente de ello, hace unos meses comenzó a investigar en este proyecto y para ello recurrió a referencias fundamentales como Teoría King Kong de Virginie Despentes o los textos de Rita Laura Segato, Gloria Poyatos Mazas o No es país para coños de Diana López Varela. A lo largo del proceso se ha dado cuenta de algunas de las dificultades invisibles que atraviesan las mujeres.

Desde la perspectiva de un hombre, todavía hay un fuerte desconocimiento de lo que supone realmente afrontar desigualdades laborales, emocionales y jurídicas. Y por supuesto, entender realmente el riesgo que corren el cuerpo y la sexualidad de una mujer en el patriarcado. Asesorado en todo momento por la psicóloga Alba Alfageme, fue también determinante leer el Estudio Europeo sobre la Violencia de Género de 2015, en el que descubrió datos tan impactantes como saber que una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de violencia machista o que más del 50 % de las mujeres afirman que han sufrido acoso sexual en el ámbito laboral. En el espacio público, más de la mitad de las mujeres renuncian a moverse por determinados sitios por miedo a sufrir una agresión.

La dramaturgia de Macho Man se ha desarrollado desde lo colectivo, con un equipo formado por Ferran Dordal, Alba Pujol, Irene Vicente Salas y el propio Àlex Rigola. Tenían claro cuál tenía que ser el enfoque: centrado en las mujeres y no en los agresores. En una de las salas, donde el espectador está rodeado de fotografías de víctimas de violencia de género, el impacto emocional que se produce explica esta decisión: ahí, frente a la presencia de otros cuerpos que ya no están, la empatía es inmediata. El efecto hubiera sido distinto si se hubiera mostrado a los verdugos. Querían mostrar la herida abiertamente. Como señala Rigola, “hay algo perverso en la acumulación de noticias relacionadas con este tipo de agresiones. Todos nosotros, como espectadores y lectores, acumulamos datos que paradójicamente nos hacen perder la noción de presente y de realidad tangible. De ahí la idea de sumergir al público en una experiencia casi sinestésica, donde imagen, texto y audio hacen palpable lo que ya no podemos dejar de sentir”. De hecho, durante el espectáculo se recurre a una suerte de audioguía a través de la cual escuchamos la voz de una mujer que sufrió malos tratos. Ella será quien vaya guiando por los distintos espacios emocionales. Y como la arquitectura crea lenguaje, se entiende muy bien el formato teatro-documento o instalación con audioguía como dispositivos “pedagógicos”. Macho Man tiene una intención educativa. No solo porque está dirigido tanto a público general como adolescente, sino en el sentido más integral del término: aquí todos nos educamos, nos miramos, nos pensamos. Los crímenes por violencia machista no son casos de brutalidad aislados, sino síntomas que revelan un cuerpo social enfermo.

Los espectadores-participantes entran en grupos de ocho en un espacio laberíntico de 200 metros cuadrados, compuesto por 12 estancias, llevando unos auriculares que hacen de guía y ayudan a completar la composición espacial y la vivencia individual a través del ambiente sonoro y/o musical diseñado por Igor Pinto. Cada una de las 12 estancias tiene un carácter independiente y autónomo y exige del participante una voluntad receptiva muy activa. Imágenes, sensaciones, vivencias encaminadas a concienciar sobre la violencia de género en la pareja, en la familia y en los entornos laboral, social y judicial.

Macho Man quiere ser, además, una experiencia educativa. “Tenemos claro –dicen sus responsables, con Rigola a la cabeza como director de la pieza– que la violencia machista es un problema social grave y debe desaparecer. Y la mejor forma de hacerlo desaparecer es a través de la educación”. Es por eso que este proyecto se abrirá a los adolescentes para que lo vivan en grupo y servirá como punto de partida para fomentar el diálogo con los espectadores.

Actividades paralelas:

– MESA REDONDA: ‘EN TORNO A LA VIOLENCIA: PROPUESTAS FEMINISTAS PARA REIMAGINAR UN NOSOTRXS’

Martes 5 de marzo, de 18 a 20 horas. Sala Verde. Entrada libre hasta completar aforo.

Conversación con Aida Bueno Sarduy y Elena Casado Aparicio, moderada por Julia Morandeira Arrizabalaga, que busca analizar de manera crítica el relato de la violencia patriarcal y debatir formas de defensa, cuidados y vida en común que los feminismos proponen en su lugar.

¿Cómo hacer inteligible el enmarañado mundo de las violencias patriarcales? ¿Cómo comprender de manera crítica la violencia, lejos de relatos simplificadores, e inventar nuevos vocabularios que sean acordes a su complejidad? ¿Cómo abordar este debate no desde un lugar abstracto, sino desde nuestras vidas concretas, y conectar desde ahí con experiencias feministas que plantean una vida en común?

Estas preguntas son las que animan el pensamiento y trabajo de Aída Bueno Sarduy y Elena Casado, las ponentes invitadas a este encuentro para analizar la construcción de la violencia patriarcal y debatir formas de defensa, cuidados y vida en común que los feminismos proponen en su lugar. Los feminismos son una práctica radical de expansión democrática, que parte de una denuncia de las violencias patriarcales. Implican un posicionamiento ético en el mundo que nos hace consciente de las relaciones de poder y privilegio que nos atraviesan; imaginan estructuras cuidadosas de vida, alteran nuestro lenguaje, y afectan nuestros cuerpos y su manera de inscribir relaciones. Y también, dan sentido y posibilidad a un nosotrxs. Por eso, frente al discurso predominante sobre la violencia de género, es necesario inventar formas de resistencia placentera y defensa colectiva, reclamar la importancia de los cuidados de los cuerpos y del planeta, así como el reforzar los tejidos de solidaridades, alianzas e imaginarios; todos ellos gestos que surgen de una ética feminista y que buscan poner en práctica nuevas formas de estar juntxs.

Aída Bueno Sarduy es antropóloga, profesora e investigadora. Es doctora en Antropología Social y Cultural por la Universidad Complutense de Madrid, y ha completado el programa de estudios Avanzados sobre Relaciones Raciales y Cultura Negra en el Centro de Estudios Afroasiáticos, Universidade Cândido Mendes-UCAM, Rio de Janeiro, Brasil. Su campo de investigación son los estudios de la diáspora africana y las culturas afrodescendientes en América Latina, en especial las religiones de origen africano en Cuba y Brasil desde un enfoque de estudios de género y teoría y crítica feminista; su tesis doctoral investigó el ocaso de liderazgo de las mujeres en los terreiros del norte de Brasil. Investiga en la actualidad los procesos de compra venta de mujeres  africanas y las acciones de libertad llevadas a cabo por éstas ante la justicia en Brasil, a finales del siglo XIX en el Estado de Pernambuco. Es profesora en el Middlebury College, New York University, Boston University, Hamilton College y Stanford en Madrid, y ha trabajado como investigadora en el Centro de Estudios de Migración y Racismo (CEMIRA) de la UCM.

Elena Casado Aparicio es profesora de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Coordina el grupo de investigación Sociología Ordinaria y ha venido trabajando sobre violencias machistas, con particular atención a la violencia de género en relaciones de pareja. Apasionada de la docencia, el barrio y el feminismo, sus líneas de investigación en la actualidad pasan por la sociología de la comunicación y las relaciones de género. En los últimos años, ligado a la docencia en el grado de Enfermería, las cuestiones relativas a la salud han pasado a primer plano, desde donde ha empezado a trabajar también en otras violencias atravesadas por el género, tanto interpersonales (por ejemplo violencias sexuales) como institucionales (como en el caso de la violencia obstétrica) o autoinflingidas.

Julia Morandeira Arrizabalaga es investigadora y comisaria de las actividades de pensamiento de los Teatros del Canal.


Estreno en la Comunidad de Madrid
País: España
Género: instalación / documental / denuncia
Dirección y creación: Àlex Rigola.
Asesora de contenidos y psicóloga experta en violencia machista: Alba Alfageme Casanova.
Ayudantía de dirección: Alba Pujol.
Asistencia a la dirección: Irene Vicente Salas.
Equipo dramatúrgico: Ferran Dordal, Alba Pujol, Irene Vicente Salas y Àlex Rigola.
Espacio escénico: Max Glaenzel.
Asistencia al espacio escénico: Judit Colomer.
Diseño de sonido y QLab: Igor Pinto.
Edición de vídeo: Alejo Levis.
Estudio de sonido: Beatgarden (Pau Romero).
Doblaje inglés: Molly Malcom
Técnico de sonido: Ferran Puértolas.
Técnico eléctrico: Àngel Puertas Sala & Pere Sánchez.
Responsable del montaje: Raúl Vilasís.
Construcción: Pascualín estructures y Òscar Hernández “Ou”.
Traducción y correcciones: La correccional.
Producción ejecutiva: Clara Aguilar, Jordi Puig “Kai” y TITUS ANDRÒNIC S.L.
Distribución: Art Republic (Iva Horvat & Elise Garriga).

Agradecimientos a Maria Domènech, Rosa Salas, Núria Marín, Mireia Mascarell, Ramona Glaenzel, Elena, Javier Torres, Fundació Surt, Ajuntament d’Hospitalet, Servei d’Infància y Família de l’Institut Mallorquí d’Afers Socials y Marta Hierro del documental “Els Monstres de Ca Meva” por los materiales infantiles aportados al proyecto.

Con la colaboración de la Dirección General de la Mujer. Consejería de políticas sociales y familia de la Comunidad de Madrid. 
Con la colaboración de l’Institut Català de les Dones, el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya, l’Institut Català de les Empreses Culturals y la Dirección General de la Mujer (Consejería de Asuntos Sociales y Familia).

Coproducción de Heartbreak Hotel, Titus Andrònic S.L., Temporada Alta 2018, Festival 10 sentidos y Teatros del Canal (Comunidad de Madrid).

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